Uno de los activos más utilizados en dermocosmética hoy día es el ácido glicólico. Este principio activo se utiliza en cremas, emulsiones, geles, sueros etc, porque penetra fácilmente en las capas más profundas de la piel (es una molécula muy pequeña) y por sus diversos efectos beneficiosos sobre la piel:
-Exfolia suavemente la piel, eliminando células muertas y regenerando la piel.
-Reduce las manchas producidas por el sol, el envejecimiento, el acné severo, etc.
-Reduce las líneas de expresión: como las líneas de la frente, la comisura de los labios, entrecejo etc.
-Mejora considerablemente el acné restaurando los tejidos de la piel dañada, cicatrizando heridas y atenuándolas.
-Humecta y mantiene fresca la piel evitando su envejecimiento prematuro, dando luminosidad y embelleciendo rostros apagados.
-Protege el colágeno y la elastina de la piel.
– Penetra profundamente en la piel y ayuda a desprender las células muertas que se acumulan en la superficie, mejorando significativamente la apariencia y la textura.
El ácido glicólico se suele utilizar en diversas concentraciones en función del tipo de piel y del tipo de tratamiento. Siempre se debe comenzar el tratamiento utilizando una concentración baja (8%) e ir paulatinamente aumentándola (15% – 20%), así conseguiremos que la piel no se irrite. A pesar de todo puede que en las pieles muy finas las primeras veces que se utilice se produzca un ligero enrojecimiento de la piel que se pasa en 2 o 3 minutos.
Dado que el ácido glicólico realiza sobre la piel un pequeño peeling, es recomendable utilizar siempre un protector solar de factor alto.
Cremas con ácido glicólico:
Dos casas comerciales que trabajan mucho con el ácido glicólico son Sesderma y Neostrata, ambas han sacado hace poco nuevos productos con ácido glicólico sobre los que os hablaré en el próximo post.