La eficacia del sistema inmunitario varía de un individuo a otro. Continuamente nos exponemos a multitud de  gérmenes y el sistema inmune es la primera línea de defensa. Las células y órganos especializados ayudan a identificar y responder a los cuerpos extraños pero cuando no pueden ejercer sus funciones, los resultados pueden ser graves.

Actualmente existen  productos naturales capaces de estimular las defensas del organismo, tanto las específicas como las no específicas. Con los preparados a base de equinácea podemos reforzar nuestro sistema inmunitario durante los periodos de grandes demandas para prevenir resfriados, catarros y gripes además de curar algunas infecciones febriles de las vías respiratorias.

Muchos factores, además de los relacionadas con la edad, influyen sobre las defensas inmunitarias individuales:

Estrés

Se distingue el  estrés positivo de corta duración (eustrés) del estrés negativo crónico (distress). El primero produce una tensión positiva que moviliza nuestros recursos y ayuda al mantenimiento de las diferentes constantes fisiológicas. Sin embargo, el segundo tipo de estrés, puede llegar a ser peligroso para nuestro sistema inmunitario y es el que se produce ante una carga excesiva de trabajo, por determinados problemas puntuales, etc.

Horas de sueño 

El sistema inmunitario funciona siguiendo un ritmo de día/noche. Durante el día, nos “protege” contra las influencias exteriores para evitar infecciones. Por lo tanto, no tiene tiempo de regenerarse. La regeneración tiene lugar durante el sueño y de ahí la importancia de un sueño reparador. A largo plazo, la ausencia de regeneración se traduce en un debilitamiento de las defensas inmunitarias. 

Mala Alimentación 

Una alimentación poco diversificada, rica en azúcares y en grasas es, generalmente, pobre en vitaminas, minerales y oligoelementos. Para que las células inmunitarias puedan llevar a cabo su función, estos elementos vitales deben ser provistos a través de un través de una alimentación equilibrada. 

Estaciones

En verano y primavera, varios factores estimulan el sistema inmunitario, como el sol, las actividades al aire libre y las verduras y frutas frescas propias de esta estación. 

En otoño y en invierno, los días se acortan y los alimentos frescos son más escasos. El frío, la lluvia y la nieve son también “elementos negativos” sobre el sistema inmunitario. 

Éstos y otros factores, determinan la eficacia de las defensas inmunitarias en diferentes momentos de la vida. 

Publicado por el equipo de farmacéuticos de nuestra Farmacia Elche.

 

 

 

 

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