Durante el verano aumentan las visitas a la farmacia por este motivo, es por esto por lo que he decidido hablaros hoy sobre este tipo de patología.
La otitis del nadador es una enfermedad leve, pero muy molesta en la que el conducto auditivo externo se inflama generalmente por una colonización bacteriana.
Es más frecuente en niños, ya que suelen pasar bastante más tiempo en el agua que un adulto.
Su canal auditivo permanece mojado más tiempo proporcionando un entorno ideal para el desarrollo de las bacterias.
Pero no solo el hecho de estar en el agua mucho tiempo puede provocar una otitis. Existen además otros factores que favorecen la aparición de esta enfermedad como son:
– Piel seca y/o irritada del canal auditivo.
– Ausencia de cerumen ( la cera es un mecanismo de defensa de nuestros oídos).
– Limpieza brusca del canal auditivo.
– Traumatismo del canal auditivo.
– Dermatitis en el canal auditivo.
Los síntomas más frecuentes son dolor de oído, enrojecimiento de la oreja, dolor al presionar el lóbulo de la oreja, ganglios inflamados en el cuello y fiebre. Es muy importante que cuando tengamos alguno de estos síntomas acudamos al médico para evitar que la otitis evolucione a otra más grave. El especialista valorará si necesitamos antiinflamatorios y/o un antibiótico.
¿Qué podemos hacer nosotros desde la farmacia?
Como se suele decir es mejor prevenir que curar así que aquí os dejo unas pequeñas recomendaciones muy sencillas para que las otitis no os amarguen el verano.
-Antes de meternos en el agua utilizar unos tapones que se adecuen perfectamente a nuestros oídos y poner una banda protectora de neopreno alrededor de la cabeza tapando las orejas.
-Al salir del agua aplicar unas gotitas de alcohol boricado a saturación en cada oído, este favorece la eliminación del agua que pueda quedar y tiene acción antiséptica.
El alcohol boricado es un preparado oficinal que se puede formular en cualquier farmacia que disponga de laboratorio.